Intervención de Abderramán III
- Basílica Visigoda de San Vicente
- Mezquita fundacional de Abderramán I
- Ampliación de Abderramán II
- Intervención de Abderramán III
- Ampliación de Alhakén II
- Mihrab
- Ampliación de Almanzor
- Capilla Real
- Capilla de Villaviciosa
- Parroquia del Sagrario
- Capilla Mayor, Crucero y Coro
- Torre Campanario
- Patio de los Naranjos
- Puertas destacadas
Intervención de Abderramán III
Aunque bajo el mandato de Abderramán III no se procede a la ampliación de la sala de oración, su legado si se encuentra presente en el edificio. El que fuera primer califa de Córdoba consolida la fachada del oratorio que se proyecta al patio, tal y como recuerda una inscripción localizada en el Arco de Bendiciones. Su intervención consiste en la superposición, a la fachada primitiva, de una galería de once arcos de herraduras apeados sobre columnas de fustes rosas y capiteles corintios. Destaca la solución adoptada en el tejaroz, en el que se proyecta un interesante conjunto de modillones.
De cualquier manera, la construcción del nuevo alminar será su aportación más importante, la que marque el devenir constructivo del edificio en mayor medida. Se tiene constancia de la existencia de un primitivo minarete edificado por Hixem I. Nos encontramos, por tanto, ante el más antiguo del territorio del al-Ándalus. Sin embargo, ante la ampliación del patio, Abderramán III procede a su derribo y a la construcción de un nuevo y soberbio alminar. Esta nueva arquitectura llega a ejercer influencia en aquellos otros erigidos en Sevilla, Marrakech o Rabat, e incluso, en algunas torres de la arquitectura románica.
Las fuentes coinciden en señalar su monumentalidad y belleza. De planta cuadrada, se dividía en dos cuerpos de altura diferenciada, estructurados en torno a un machón central del que partían dos escaleras. El primero de ellos mostraba cuatro ventanas con arcos de herradura dobles en sus fachadas norte y sur, mientras que en los frentes oriental y occidental se disponían vanos de tres ojos. Por su parte, el segundo cuerpo se encontraba abierto en sus cuatro frentes y coronado por una cúpula de bronce dorado en la que se insertaba el yamur, es decir, el vástago de hierro que actuaba a modo de remate. En la actualidad, sus restos se encuentran integrados en la Torre Campanario, visibles en la visita turística.