La adaptación al culto católico supone la transformación del espacio del antiguo oratorio musulmán. Las capillas que recorren el perímetro del recinto constituyen una manifestación plástica de un proceso de sacralización en el que interviene el patronazgo de eclesiásticos y de los linajes nobiliarios locales. Estos espacios, en los que se establecen capellanías y enterramientos, serán dotados de nuevos bienes artísticos que contribuyen a la riqueza del Conjunto Monumental