Retablo de Nuestra Señora del Rosario

de Antonio del Castillo

En la capilla de Nuestra Señora del Rosario se encuentra este retablo conformado por cuatro lienzos de Antonion del Castillo. El encargo, concebido como imagen devocional, se adscribe al complejo contexto de una Córdoba azotada por la peste. En aquel entonces se extiende el culto y la devoción al Rosario y a estos santos. De este modo, el retablo está presidido por la Virgen del Rosario, flanqueada por los intercesores San Sebastián y San Roque, mientras que el lienzo del Crucificado del ático remata la composición.

En el lienzo central destaca la rotundidad de la figura de María, que parece encontrarse inspirada en los prototipos escultóricos de la época. Es captada en gesto maternal, sosteniendo a Jesús niño que juega con las cuentas del rosario que cuelga de su cuello. Detalles como la mirada de María hacia el espectador o el gesto de acariciar los pies de su hijo, revelan el carácter cotidiano y humano con el que Antonio del Castillo dota a esta escena sagrada.

En un perfecto contraste nos encontramos con la figura de San Sebastián mártir, en la que el autor despliega con maestría la delicada suavidad de la desnudez, resaltada por el tratamiento de la luz y por la sinuosa curva que plantea su cuerpo. Por su parte, San Roque aparece como viajero, captado en elegante “contraposto” en el momento en el que se retira la capa para mostrar la llaga de su muslo.