Capilla de Villaviciosa
- Basílica Visigoda de San Vicente
- Mezquita fundacional de Abderramán I
- Ampliación de Abderramán II
- Intervención de Abderramán III
- Ampliación de Alhakén II
- Mihrab
- Ampliación de Almanzor
- Capilla Real
- Capilla de Villaviciosa
- Parroquia del Sagrario
- Capilla Mayor, Crucero y Coro
- Torre Campanario
- Patio de los Naranjos
- Puertas destacadas
Capilla de Villaviciosa
Primitiva Capilla Mayor
En un primer momento, el culto católico se adapta al espacio del antiguo oratorio musulmán. De este modo, desde el ceremonial de consagración, celebrado el 29 de junio de 1236, el altar mayor se dispone bajo el lucernario de Alhakén II. Por tanto, habrá que esperar más de dos siglos para que se desarrollen las primeras obras de adaptación a la nueva liturgia. En este sentido, corresponde al obispo Íñigo Manrique (1486-1496) la ejecución de la primera obra cristiana de envergadura, con la construcción de una gran nave gótica. Nos encontramos ante un espacio de planta basilical cuyo alzado se estructura a través de pilares y arcos fajones apuntados. Mientras, su cubrición se resuelve mediante una armadura de madera a dos aguas. Será el arquitecto Velázquez Bosco quien, en el siglo XX, de cuenta del hallazgo y proceda a su recuperación, ya que desde la Edad Moderna había permanecido oculta bajo unas bóvedas. En esta cubierta distinguimos casetones con motivos pictóricos que representan tanto decoración vegetal como inscripciones latinas y griegas que hacen referencia a “Jesús el Salvador”.
En esta primitiva capilla mayor se disponía, originariamente, un programa de pinturas al fresco de influencia italo-bizantina datado hacia el año 1351. El ciclo, conformado por representaciones de santos y reyes, corresponde a la autoría de Alonso Martínez. De la totalidad de este conjunto, en la actualidad, sólo se conserva la Cabeza de Cristo, expuesta en el Museo de Bellas Artes de Córdoba.